Si es la primera vez que necesitas traducir un documento, posiblemente te hayas planteado esta cuestión, así que espero resolver aquí algunas de las dudas más frecuentes.
La primera toma de contacto puede darse a través de varias vías (correo electrónico, Skype, teléfono, presencialmente, etc.). Es importante que desde ese momento el traductor conozca tus necesidades: lengua de origen y lengua de destino del documento, longitud (normalmente, el número de palabras) y tipo de texto, urgencia del encargo y cualquier otra información que considere oportuna. Habla con él, hazle preguntas; la buena comunicación traductor-cliente es fundamental.
Para que el traductor pueda proporcionarte un presupuesto preciso de tu encargo, necesitará que le envíes el archivo correspondiente. Por supuesto, un profesional te garantizará la total confidencialidad de su contenido. Este paso es necesario para que el traductor tenga constancia del tipo de texto del que se trata y sus características. A la hora de traducir es preferible que el texto se encuentre en un formato editable pero, si no existe esa posibilidad, no te preocupes porque podemos trabajar con una gran variedad de tipos de archivos.
El trabajo del traductor consta de varias etapas, que deben ser llevadas a cabo con meticulosidad y evitando las prisas en la medida de lo posible. El tiempo dedicado a cada una de estas etapas es un factor crucial. También es importante la combinación lingüística de la traducción, si corresponde con las lenguas con las que el traductor trabaja o si éste se encargará de gestionar el proyecto a través de su red de colaboradores. Recordemos que para que una traducción sea óptima, la lengua de destino del encargo tiene que coincidir con la lengua materna del traductor.
También puedes consultar la guía para contratar traducciones de Asetrad (Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes).
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